El Palacio de la Virreina de Gracia, convertido en hospital
Elsa Castellà i Lázaro

Introducción
El Palacio de la Virreina, que podemos contemplar en las Ramblas de Barcelona, era gemelo de otro palacio, situado en el actual barrio de Gracia, entonces a las afueras de la gran ciudad; ambos fueron construidos por el mismo propietario, el Virrey Amat, en las postrimerías del siglo XVIII. La gran torre de Gracia fue empleada como hospital en varias ocasiones, con el propósito de cumplir las funciones de institución de salud mental. Aconteció propiedad del Hospital de la Santa Cruz, antes de ser vendida para parcelar y urbanizar sus tierras, por entrar a formar parte de la trama de Gracia. Este es un trabajo de búsqueda histórica, que pretende establecer el proceso del establecimiento y decadencia del edificio de Gracia, y describir sus usos en el campo sanitario, como hospital para las pestes de Barcelona, y posteriormente como hospital mental.
Metodología
Para la investigación fuimos reuniendo información proveniente de imágenes, fotografías, y artículos sobre la historia de Gracia, recopilando estudios actuales y anteriores. Se han revisado legados del Archivo Municipal de Gracia, se ha analizado las fichas de Arqueología urbana del Ayuntamiento de Barcelona y se han revisado textos que nos habían dejado gracienses estudiosos de la historia de la villa, muchos de ellos pertenecientes a la Sección de Estudios del Club Excursionista de Gracia. También ha hecho falta analizar documentación gráfica: de la torre sólo conservamos dibujos y grabados.

 
     
 

EL PALACIO DE LA VIRREINA DE GRACIA
El Palacio de Gracia estaba en la plaza de la Virreina, aproximadamente dónde ahora esta la Iglesia de Sant Joan. Fue una de las grandes casas señoriales de Gracia. Dice Carreras Candi, en una entrevista a la revista Mai Enrera: "Con el nombre de la Virreina se han conocido en nuestra ciudad dos casas, una en Barcelona, en el actual mercado de la Boquería, y el otro en Gracia".


EL VIRREY AMAT
La finca fue hecha construir por Manuel de Amat y Junyent, marqués de Castellbell y de Castellmeyà. Muchas cosas de su vida las sabemos por el "Cajón de sastre" de su sobrino Rafael Amat y Cortada, varón de Maldà. Manuel de Amat hizo una brillante carrera militar y administrativa, llegando a ser virrey del Perú de 1761 a 1776, lo qué le reportó poder y riqueza. Vigoroso, activo, valiente, constante, le gustaban las grandes empresas, pero también los amores, las fiestas, las artes y el lujo. Según Carreras Candi, era hombre de salón, dotado de un gusto exquisito, había dejado buen nombre en Lima, erigiendo algunos jardines del tipo francés rococó que subsistieron bastante tiempo.
En Lima, Amat tuvo amores durante diez años con la actriz peruana Micaela Villegas, "la Perricholi". Estos amores inspiraron a Prosper de Mérimée, en "La carosse de Saint Sacrement", (con el pseudónimo Clara Gazul). También inspiraron Jacques Offenbach, en la opereta "La Perichole", recientemente interpretada aquí por la Compañía Dagoll-Dagom, y la película Le carrosse d'or de J. Rendir. De la relación nació un hijo: Manuel de Amat y Villegas, que firmó el acto de emancipación de España con el general José de San Martín.
En 1776 el Virrey regreso soltero a Barcelona. Estando en Perú, hizo construir dos casas en Barcelona, para disfrutar de su jubilación: una en las Ramblas, el actual Palacio de la Virreina, y la otra, en Gracia. Ambas, con un grandilocuente estilo barroco con tendencia clasicista, y con cierto regusto colonial. Fueron construidas por el arquitecto Carles Grau, en un momento en que la tradición local en Barcelona todavía estaba aferrada a las formas barrocas, hasta la segunda mitad del siglo XVIII; pero en las dos torres ya se fue imponiendo el nuevo gusto neoclásico, renovando las estructuras arquitectónicas, alteradas durante el barroco. Este cambio coexistió con monumentos derivados o próximos al rococó.

LA TORRE DE GRACIA
Para hacer la casa de Gracia, Manuel Amat y de Junyent, adquiere una gran hacienda (Can Vidal), que no quiso aprovechar: construyo otra a su lado. La más antigua pasaría a denominarse la "Torre Chica"; la Torre Grande sería la casa del Virrey.
La torre de Gracia era una mansión enorme, seguramente la más grande de Gracia, por aquel entonces un entorno rural de masías diseminadas. Palacio suntuoso, de buena arquitectura, por lo visto, mejor que el de la Rambla. Según Carreras Candi: Quiso tener su casa de campo, o torre como se le suele decir (...) a estas mansiones de señores en los despoblados o pequeñas poblaciones. El oro traído de América sirvió por levantar en Gracia un bello edificio a los cuatro vientos, dentro de un buen vallado de tierra. Fastuosa construcción, que estaba caracterizada por cuatro torres en sus ángulos, dándole aspecto de castillo. " Si bien el de las Ramblas era la residencia oficial del Virrey Amat, la torre de Gracia estaba destinada al recreo: fiestas, actos sociales y celebraciones, además de pasar los veranos y temporadas de reposo. Era un lugar ideal, no sólo para el recogimiento, sino para los actos sociales y recepciones que el Virrey preveía celebrar ya cuando la proyectó.
Tenía planta rectangular, con planta baja y dos anchos pisos, y ocho balcones en cada planta. De fachada muy decorada, con balaustradas en lo alto, y coronada con grandes jarras de piedra, todavía estaba ornamentada con relieves alegóricas, con el blasón de la casa Amat y un indio con penachos y tocando la trompeta que recordaba la estancia del Virrey en estos parajes. La fachada posterior también tenía balcones en el primer piso, y un gran balcón en el segundo piso. En lo alto, el edificio estaba coronado con cuatro torres de planta cuadrada, formando pirámide, en cada una de las esquinas. Dice Carreras Candi: "era un edificio original, con cuatro torres en los ángulos, rematando con la pirámide y una gran extensión de tierra amortajada, disfrutando de bellas vistas hacia las afueras de Barcelona y todo lo plano". Dada su situación, sobre el Plan de Barcelona, podía disfrutar de magníficas vistas sobre la ciudad amurallada, hasta el mar.
Dada la importancia ornamental exterior, y al uso de representación social que se buscaba para el palacio, suponemos que el interior estaba bien decorado. Atendía fiestas y celebraciones que se hacía en la casa, disponía de grandes establos para los carruajes. Además de jardines, la finca tenía pastos, cultivos y viña: fue una de las explotaciones agrícolas más importantes de su época, y, por lo tanto, disponía de otros edificios para atender los trabajos del campos, y para alojar el ganado necesario. Próximo al torrente de Vidalet, al Torrente del Pecado y al Torrente de la Olla, no carecía de agua para regar los huertos. Árboles frutales y bosque completaban los terrenos. Ante sí subía el camino que llevaba a la casa, formando un paseo.
El Virrey volvió a Barcelona en 1777, y se casó con Maria Francesca de Fivaller i Bru, en edad temprana. Pero Amat murió pronto, en 1782, dejando una viuda joven, y ya tanto ella como las dos fincas serán conocidas como "La Virreina". Poco después, en 1791, Maria Francesca murió repentinamente, empezando la casa de Gracia innumerables vicisitudes, hasta su derribo.

EL PALACIO DE LA VIRREINA DE GRÀCIA SE CONVIERTE EN HOSPITAL
Así, en el año 1794 fue residencia religiosa, acogiendo temporalmente la comunidad religiosa de los Josepets. En 1797 hizo de residencia de la nobleza, refugiando nobles franceses que huían de la Revolución.
En 1821 se estableció un hospicio, durante la epidemia de la fiebre amarilla o "cólico prieto de las Antillas" de Barcelona; se trata de una enfermedad vírica, transmitida por mosquitos, que se manifiesta después de un periodo de incubación de entre 3 y 6 días, que entre el agosto y el noviembre de 1821 causó una importante epidemia en Barcelona, con 8.846 víctimas; entró por el puerto, siendo el primer foco en la Barceloneta. Desde el 11 de octubre fue evacuada la población a barracas extramuros, restando en la ciudad sólo las autoridades municipales, dirigidas por el alcalde constitucional Josep Marià de Cabanes, y estableciéndose un cordón sanitario, que no evitó que la epidemia se extendiera. Francia movilizó tropas, médicos y enfermeros, que llegaron el 8 de octubre a investigar la enfermedad. Como hospicio, la torre de Gracia, situada estratégicamente en las afueras de Barcelona, permitía someter a observación y revisión personas que, por el hecho de haber estado en contacto con personas infectadas, eran consideradas probable foco de infección, antes de dejarlas circular libremente por la zona no contaminada.
Con esto empezó su decadencia. En el año 1835 la finca fue vendida a Josep Carreras y Argerich, que la cedió en enfiteusis a la Iltre. Administración del Hospital General de la Santa Cruz, de Barcelona, en 1836.
La época entre 1840 y 1843, con los hechos de Espartero, fue de bullanga. Esto afectó la torre de la Virreina, que se transformó en hospital. Dice Carreras Candi, en la Geografía General de Catalunya, que en el año 1840 La Virreina ya se utilizó para Hospital Militar; más tarde lo volvió a ser provisionalmente, durante la Jamància del 1843, para convalecientes. Después fue Capitanía General: la Junta de Armamento y Defensa se estableció en la Virreina, desde dónde se dirigieron las operaciones para sitiar a la Ciudad de Barcelona.
El Hospital de la Santa Cruz, propietario de la Torre de la Virreina, había sido levantado a partir de 1401 por decisión del Consejo de Cien, agrupando diferentes hospitales de la ciudad. Es una bella realización del gótico civil catalán, levantada con piedra de Montjuic dada por el rey Martín el Humano. Ante el aumento de su actividad como hospital general (5000 ingresos el año 1610) y que las condiciones no permitían la convivencia de enfermos, expósitos y enfermos mentales, locos, se buscó diferentes alojamientos para cada grupo. Los últimos, que ya eran atendidos por este hospital desde su fundación, fueron de un lugar a otro hasta la inauguración del instituto Mental de la Santa Cruz, en 1889. Durante este periplo, en 1844 esta el proyecto de transformar el Palacio de la Virreina de Gracia en hospital mental, entonces "manicomio", para trasladar "el Departamento de Locos".
En 1848 se convierte en prisión militar, denominada la Casa "Fuerte de Gracia". Consta que en el año 1849 fueron encarceladas unas mujeres de la vida, y en1864 pasa a ser un cuartel de Infantería, siento arrendado en1869 por "la Junta de Pabellones y el Municipio" por alojamiento de soldados hasta el 27 de enero de 1871.

LA PARCELACIÓN DE LA FINCA Y EL DERRIBO DEL PALACIO
Durante el periodo de declive de la finca de Gracia se vendieron terrenos, que pasaban a diferentes propietarios que los urbanizaron, en diferentes fracciones. Así se formó el entorno a la Plaza Revolución, con mercado al aire libre hasta el establecimiento del mercado de hierro de la Abacería, en terrenos que habían estado de la fábrica hilados y tejidos de algodón Puigmartí (el Vapor Nuevo, del que hoy todavía conservamos la chimenea). Otra parte la urbanizó un joyero dando a la plaza y las calles nombres de materiales preciosos: Oro, Rubí, Topacio, Perla, Esmeralda, Plata y Plaza del Diamante, recreada en la obra de Mercè Rodoreda titulada con su nombre. Un tercero entorno es la plaza de la Virreina, dónde esta la iglesia de Sant Joan, que conserva un frontis en una pared exterior que proviene, probablemente, de la Torre Chica.
La torre de la Virreina quedó en medio de los terrenos ya parcelados, y rodeada por un muro que interrumpía las calles que se iban trazando. Tantos usos diferentes (cuartel, prisión, hospital) la habían deteriorado. Una larga negociación entre el Ayuntamiento de Gracia y el propietario, el Hospital de la Santa Cruz, acabó con el acuerdo de parcelar en el año 1878, año del derribo de la Torre, con un espacio central para la Iglesia de Sant Joan.
De la finca de la Virreina sólo queda el antiguo edificio de los guarderos, que está en la esquina de las calles Sant Lluís y Torrijos, construida el 1870. A finales del S. XIX el edificio pasó a las Hermanas Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen, o hermanas francesas, que lo transformaron en residencia suya y hogar de niños para hijos de obreros, y después en colegio, hecho que alteró sus interiores. La escuela ya no funciona, pero la comunidad todavía vive ahí. El estado de conservación del edificio es bueno.

 
     
 
  BIBLIOGRAFIA
- Autores Diversos. Àlbum Histórico y Gráfico de Gracia. Impremta Arolas. Barcelona, 1950.
- Carreras Candi. Entrevista. Mai Enrera, butlletí del Club Excursionista de Gràcia, num. 31, p 102. Barcelona, agost 1927.
- Castellà, E. Les masies de Gràcia. Gràcia rural. Camèlies nº21. Publicació del Taller d'Història de Gràcia. Gràcia, Barcelona. Juliol 2005.
- Castellà, E. Les masies de Gràcia. Vestigis d'una ruralia històrica. Col.lecció La Font de l'Atzavara, núm 9. Taller d'Història de Gràcia. Gràcia, 2005.
- Bastida X, Olivé,J, Sal R. La parròquia de Sant Joan de Gràcia i el seu entorn. Arxiu diocesà, Barcelona, 1992.
- Chifoni, C. Itineraris: Gràcia. Ajuntament de Barcelona, 2000.
- Crònica de Gracia. Publicació periòdica. Gràcia, Barcelona, 1947-49.
- Gran Enciclopèdia Catalana. Enciclopèdia Catalana SA, Barcelona, 1976.
- Segura C, Farré E. Gràcia, a l'ombra dels seus rellotges. Testimonis d'un temps i d'una història. Col.lecció La Font de l'Atzavara, núm 3. Taller d'Història de Gràcia. Gràcia, 1.999.
- Segura C, Farré E, Camps E. Les places de Gràcia. Impressions de Josep Buch. Col.lecció La Font de l'Atzavara, núm 5. Taller d'Història de Gràcia. Gràcia, 1.999.
 
 

Elsa Castellà i Lázaro es Enfermera. Profeora de la EUE Sant Joan de Déu de Barcelona y de la EUE de la Universitat de Barcelona.

 
     
 

Comentarios al Real Decreto 1088/2005, de 16 de septiembre, que establece los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la hemodonación y de los centros y servicios de transfusión.
Gerard Colomar

 
     
 

El Boletín Oficial del Estado -B.O.E. num. 225, de 20 de septiembre del 2005- ha publicado el Real Decreto 1088/2005, de 16 de septiembre, que integra en su texto toda la normativa hasta ahora vigente en el Estado español sobre las cuestiones relacionadas con la hemodonación y las tranfusiones sanguíneas.
La importacia del mismo deriva:
-por un lado, por unificar y actualizar en su texto toda una normativa que hasta ahora quedaba dispersa en diferentes Reales Decretos y Órdenes Ministeriales.
-por otro lado, dar una nueva regulación a la práctica de las transfusiones sanguíneas.
Todo profesional de Enfermería sabe que una transfusión puede darse en cualquier enfermo, con independencia del servicio en que esté ingresado. De ahí deriva la importancia de conocer la normativa reguladora.
En este sentido el Real Decreto regula, tal como indica en su artículo 2, tanto la extracción y verificación de la sangre humana o de sus componentes, como la transfusión.
El Real Decreto sigue considerando la transfusión como un acto voluntario y altruista: no cabe una compensación económica por la donación de sangre, según su artículo 4, apartado 1.
Con respecto al donante debe quedar garantizada la confidencialidad de toda la información relacionada con su salud facilitada por el mismo al personal sanitario, así como sobre los resultados de los análisis de su donación, artículo 5, apartado 1.
De esta regulación hay que destacar, además, la relativa a la prescripción y administración de la sangre y de sus componentes, recogida en su Capítulo IV.
Así, toda administración de sangre o de sus componentes requiere una Orden Médica, previa información al enfermo por parte del médico y previo consentimiento informado del paciente, caso de ser posible.
En cuanto a la muestra de sangre del receptor -persona que ha de recibir la transfusión- ésta debe ser identificada de manera inequívoca con sus datos, permiendo a la vez identificar a la persona que obtuvo la muestra -enfermera en todos los casos- y la fecha en que se obtuvo la muestra.
Antes de la administración de cualquier componente eritrocitario deberán hacerse pruebas de compatibilidad, salvo en casos de urgencia vital, con justificación médica por escrito de la urgencia.
Si el receptor dentro de los últimos tres meses ha recibido una transfusión o un trasplante de células u órgano, o es una mujer que ha estado embarazada, la muestra del enfermo para las pruebas debe obtenerse en las 72 horas previas a la transfusión.
Antes de la transfusión, el profesional que la administra -una enfermera- debe comprobar de manera inequívoca los datos de identificación del enfermo y de la unidad de sangre o del componente sanguíneo a él destinado mediante:
-la comparación de la identidad facilitada por el paciente con los datos del informe del laboratorio sobre la prueba de compatibilidad.
-la comprobación del grupo sanguíneo del paciente con la del grupo sanguíneo indicado en la unidad de sangre.
Asimismo hay que verificar que el producto a administrar no está caducado.
Finalmente, el Real Decreto objeto de comentario establece la obligación de anotar en la Historia clínica del paciente el número de identificación y el tipo de unidades transfundidas -sangre, plaquetas, etc., de manera que se pueda garantizar el destino final de cada unidad de sangre o componente sanguíneo administrado.

 
     
 

Gerard Colomar. Profesor de Legislación E.U.E. SANTA MADRONA, BARCELONA.

 
     
 
Reflexión y presentación del Código Deontológico del Enfermero Italiano
Dr. Antonio Giannone y Dra. Paola Ferri
 
     
 
El actual Cídigo ha sido elaborado por la Federación Nacional Colegios IPASVI (Enfermeros Profesionales, Asistentes Sanitarios y Vigilantes de Infancia) presentado en la primavera de 1999 en ocasión del Dia Internacional del enfermero el 12 Mayo. El objetivo del nuevo Código es indicar las características del trabajo enfermero con la posibilidad de dar autonomía profesional y también reflexión y orientación para los profesionales.
El Código está dividido en siete artículos.
El Artículo 1 establece la identidad y la misión del enfermero, indicando sus responsabilidades y la importancia de la participación en la vida de los organismos profesionales, de la elaboración de la cultura enfermera.
El Artículo 2 establece los principios éticos de la profesión: respeto de los derechos humanos, por ello el enfermero tiene que asistir a las personas sin discriminarlas (todas las personas tienen derecho a ser consideradas iguales) valorizando las diversidades que son características de nuestra sociedad respetando los valores religiosos, ideológicos y éticos, la cultura, etnia y sexo. También el enfermero tiene la responsabilidad de su función administradora y contribuir a utilizar los recursos de forma equilibrada.
El Artículo 3 considera que para desarrollar el trabajo enfermero, es necesario una formación profesional actualizada y considera también la relación entre conocimiento y responsabilidad (el enfermero tiene responsabilidades según su nivel de conocimiento) y la importancia de la integración entre enfermeros y asistidos.
La parte más articulada (Artículo 4) considera las relaciones entre enfermero y asistidos según lo que fue establecido en el 1996. La comunicación es muy importante: no sólo el derecho/deber de dar informaciones clínicas y asistenciales, sino escuchar y valuar con el enfermo los objetivos del programa terapéutico garantizando discreción.
El Artículo 5 analiza las relaciones profesionales con los otros trabajadores y subraya la importancia de cooperación y colaboración para resolver situaciones críticas por medio de autoevaluación y control de las estructuras profesionales a partir de los Colegios.
El Artículo 6 habla de las relaciones del enfermero con las instituciones, "el enfermero, según su nivel de responsabilidad, contribuye al desarrollo del sistema sanitario para garantizar a los enfermos el respeto de los derechos de los asistidos, utilización de los recursos y valorización profesional.
El último Artículo del Código establece todas las normas vinculantes y establece también que su inobservancia es punible con sanciones por parte de los Colegios Profesionales.
 
     
 

Dra. Paola Ferri.
Coordinadora y docente del Curso de Doctorado en Enfermería.
Dr. Antonio Giannone. Enfermero (Sociedad Sanitária Local Taranto/1) Docente del Curso de Doctorado en Enfermería Universidad de Módena y Reggio Emilia.